Cerebro humano y memoria

NOTA DE CIENCIA

SANTA ROSA07/09/2024Diario TresDiario Tres
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por Oscar Loyola
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Piensa en esto: 
Cuando imaginas el futuro, ¿cuántas veces te centras en los cambios que tendría tu organismo? ¿No será que la representación futurista que primero aflora es la de ciudades ultramodernas, con autos voladores y tecnología altamente desarrollada? 
En éstos términos, la idea de que nuestros sistemas nerviosos puedan transformarse, rara vez nos pasa por la mente. 

El cerebro humano, esa magnífica herramienta que alcanzamos en un momento dado de la evolución, pudo desarrollarse en primer lugar gracias a la expansión craneal. En un momento dado, nuestros ancestros portaban un cerebro de unos 400 gramos, pero 200 mil años más tarde, este pasó a pesar aproximadamente 1400 gramos. 

Este suceso, junto con el hecho de haber logrado una posición erecta, significó un importantísimo punto de partida para que evolucionáramos del modo en el que lo hicimos. Actualmente, el área que ocupa nuestro neocórtex es mayor que en el resto de las especies, lo cual precisamente nos permite pensar y tomar decisiones inteligentes. 
 
Después de estudiar la genética que sustenta nuestro sistema nervioso, los científicos han encontrado que existen algunos genes que determinan el tamaño cerebral. Resulta que existe una enfermedad llamada microcefalia, en donde el tamaño del cerebro del paciente es mucho menor que el de las personas sanas. 

Dos son los genes encargados de esta función: ASPM y microcefalina. Las alteraciones en estos elementos afectan las dimensiones cerebrales. Pero se ha comprobado que, en los primates, dichos genes evolucionan más rápido que en otros mamíferos, lo que ha hecho sospechar que estén relacionados con nuestros cerebros. 

ASPM es un gen humano que se encuentra situado en el brazo largo del cromosoma 1 (1q31). Codifica una proteína del mismo nombre que tiene importantes funciones en el proceso de división celular, sobre todo en el desarrollo del tejido cerebral, haciendo posible la multiplicación de las células progenitoras de este órgano durante el periodo embrionario para que alcance un tamaño y desarrollo adecuado. Las mutaciones en el gen ASPM son las responsables de alrededor del 50% de los casos de una enfermedad presente desde el momento del nacimiento denominada microcefalia hereditaria primaria o microcefalia autosómica recesiva, en la cual la cabeza y el cerebro son de tamaño inferior al normal, presentado también los pacientes afectados déficit intelectual y retraso en el desarrollo. Se han descrito más de 80 mutaciones diferentes en el gen ASPM que pueden provocar este trastorno.

Un estudio más profundo ha llevado a un sorprende hallazgo: tanto el gen ASMP como la microcefalina, están transformándose en distintas poblaciones humanas del planeta. Estas variaciones señalan que el cerebro del hombre todavía podría estar evolucionando. 

Consecuencias de la evolución cerebral humana 
La razón fundamental por la cual les interesa a los científicos saber si el cerebro humano está evolucionando es porque un crecimiento cerebral podría aumentar la inteligencia de nuestra especie. Empero, algunos cambios fisiológicos serían consecuencias de este aumento: 

-Muchos órganos, como el corazón, también deberían crecer, pues mayor debería ser el trabajo que necesitaría el organismo para sostener un cerebro más grande. 

-Las conexiones entre las neuronas deberían ser más anchas, para aumentar la velocidad del tráfico de información. 

-Las demandas metabólicas serían mayores, lo que provocaría cambios genéticos que se dan en la esquizofrenia. Ello indica que una evolución cerebral conduciría inevitablemente a desórdenes neurológicos. 

Pero no seamos pesimistas. Si el cerebro humano no ha terminado de evolucionar aún y dicho proceso puede tener resultados negativos, el hombre siempre encontrará las vías para contrarrestar sus efectos.