Falló el estallido

SANTA ROSA 20/06/2024 Néstor Lucero
Manuel-Belgrano

nestor

El intento frustrado de volar la Casa de la Moneda de Potosí, por parte de Manuel Belgrano, admite diferentes abordajes. Por caso, puede ser analizarlo como un acto de guerra o bien como una medida de carácter económico para derrotar al enemigo.  Clausewitz pensaba que "la guerra es la continuación de la política por otros medios”.  El general José María Paz cuenta en sus memorias que Belgrano hizo colocar numerosos barriles de pólvora en el edificio y solicitó a los vecinos que se refugiaran en sus casas. Pero un oficial de su ejército desobedeció la orden; el corazón tuvo razones por una potosina que la lealtad ignoraba. 

El joven Manuel estudió en la Universidad de Salamanca en tiempos de la Revolución Francesa y había obtenido el permiso eclesiástico para acceder a los libros prohibidos, con la condición de no divulgar el contenido. Compromiso que abandonó ni bien regresó a Buenos Aires, conversando con Castelli, egresado del Colegio Monserrat de nuestra provincia, quien se le adelantó en 1810 en la llegada al Potosí y con Mariano Moreno, el que lo sumó como colaborador a la redacción del Plan de Operaciones.

Tres amigos siempre fueron en aquella juventud, hasta que el veneno y el mar, se llevó al secretario de la Primera Junta y la cárcel y el cáncer, al orador de la Revolución.

Como economista y periodista escribió: “La importación de las mercancías que impide el consumo de las del país, o que perjudica el progreso de sus manufacturas y de su cultivo, lleva tras de sí, necesariamente, la ruina de una nación” . “La importación de objetos de lujo era igualmente nociva, porque era pagada con un fruto que el país no produce”, pensaba que era un deber de todo gobierno “prevenir la miseria de sus conciudadanos”.

Norberto Galasso señala que su objetivo, era “convertir al Estado en el protagonista principal del desarrollo económico”. La Villa del Potosí fue en tres ocasiones un objetivo de la política económica y militar de los gobiernos de Buenos Aires. Belgrano llegó a ella, luego de sus triunfos militares de Tucumán (1812) y Salta (1813) y debió retirarse tras las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma. 

Retomando el episodio del intento de hacer volar la Casa de la Moneda, conviene recordar que la región de Potosí pertenecía al Virreinato del Río de la Plata desde 1776, y en 1810 sus habitantes se reunieron también en cabildo abierto y eligieron una Junta de Gobierno autónoma, desconociendo la autoridad de la corona española. El general nunca pensó en dañar al pueblo y mucho menos abandonar en forma definitiva un territorio que nos pertenecía. Si hay que buscar razones para que tomase esa determinación, las encontramos en la táctica de la guerra.

Hace algunos años circulaba por aquí la sentencia de que achicar el Estado significaba agrandar el país. Redoblando la apuesta hoy se afirma que hay que destruir al Estado, hacer volar al Banco Central y eliminar la moneda no sólo es necesario, es urgente. Belgrano no promocionaba esos disparates. Ser indiferentes ante la pérdida de lo que más queremos, sea el amor a la Patria, a la vida, a nosotras y nosotros, las argentinas y los argentinos, no debe suceder. 

Nota: La paráfrasis final pertenece a El arte de la guerra de Sun Tzu: “No reflexionar seriamente sobre todo lo que le concierne es dar prueba de una culpable indiferencia en lo que respecta a la conservación o pérdida de lo que nos es más querido; y ello no debe ocurrir entre nosotros.”

 

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