La docente e investigadora Mónica García recibió el Premio L´Oreal Unesco “Por las mujeres en la ciencia 2023”, que destaca su proyecto para generar alternativas terapéuticas al tratamiento convencional del cáncer de mama. (14-12-2023)
Por Sandra Franco
Redacción UNCiencia
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El cáncer de mama es en la actualidad el de mayor prevalencia en el mundo, según cifras de la Organización Mundial de la Salud. Tiene, también, una elevada incidencia en la Argentina y en la región latinoamericana, y es la primera causa de muerte por tumores en mujeres. En la Argentina, en 2021 se registraron 5.806 muertes de mujeres por cáncer de mama, según cifras del Ministerio de Salud de la Nación.
Ese contexto sirve para entender la importancia del galardón que acaba de recibir Mónica García, docente de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba e investigadora del Conicet.
La especialista fue distinguida con el Premio L’Oréal –Unesco “Por las mujeres en la ciencia” 2023, categoría Beca, por un proyecto que tiene el objetivo de desarrollar nanomedicinas que incorporen simultáneamente agentes quimio en inmunoterapéuticos para el tratamiento del cáncer de mama.
García considera que “aunque se han desarrollado diferentes protocolos para el tratamiento del cáncer de mama, que incluyen cirugía, radioterapia, inmunoterapia y quimioterapia, y se han hecho numerosos esfuerzos para disponer de medicamentos optimizados, la terapia convencional (quimioterapia) es, en general, muy tóxica y produce muchos efectos adversos en las personas bajo tratamiento oncológico. Estos efectos no deseados ocurren porque los fármacos no sólo actúan en el tumor, sino que también se esparcen/ distribuyen por el resto del organismo, y afectan órganos o tejidos sanos”.
-¿Cómo se podría optimizar el tratamiento del cáncer de mama?
-Mediante el diseño y desarrollo de nanomedicinas que permitan localizar el efecto terapéutico en el sitio de acción-tumor. Las nanomedicinas son productos en el rango nanométrico (1 nanómetro es la mil millonésima parte de un metro; es decir, es extremadamente pequeño, diminuto), generalmente compuestos por un principio activo/droga terapéutica y un nanovehículo o “nanotaxi” que facilita su transporte hacia un sitio patológico y su retención en dicho sitio. La idea consiste en utilizar estas nanomedicinas para que transporten los agentes antitumorales hasta la zona tumoral y, solamente cuando hayan reconocido esa zona, los liberen como respuesta a un cierto estímulo, sin afectar al resto del organismo. Sería como un tiro al blanco.
-¿Cuál sería la utilidad de esas nanomedicinas?
-Por su composición, estas nanomedicinas multifuncionales serán de utilidad para: 1) La quimio e inmunoterapia del cáncer de mama, ya que serán cargadas con agentes antitumorales (uno quimioterapéutico y otro inmunoterapéutico) que actúan por diferentes mecanismos y activan la respuesta inmune antitumoral; 2) La fototerapia, por la capacidad de respuesta óptica de uno de sus componentes, que permite utilizar la irradiación como estímulo externo para generar calor (hipertermia óptica) en el sitio tumoral y, así, mejorar la eficiencia terapéutica; 3) La capacidad de respuesta a estímulos internos del microambiente tumoral, dado su comportamiento (bio) responsivo; y 4) El direccionamiento activo conferido por uno de los componentes que mimetiza las bases nitrogenadas del ADN y permite la localización del efecto terapéutico en el tumor. Así, estas nanomedicinas permitirían generar alternativas terapéuticas novedosas con alto impacto sanitario dentro de un enfoque de I+D+i que se alinea con los objetivos establecidos en el marco del Plan Argentina Innovadora 2030. En especial, con el objetivo de desarrollo sostenible (ODS)-3.
García señala, además, que aunque el cáncer de mama puede afectar también a los hombres, esto “sólo ocurre entre el 0,5-1 % de los casos”. “Sin embargo, las cifras son significativamente mayores en mujeres y este tipo de cáncer representa la primera causa de muerte por tumores en mujeres. En este sentido, este proyecto también aporta desde una perspectiva de género”, afirma.
UN LOGRO COLECTIVO
García destaca en especial que si bien es un premio que se entrega a su nombre, “como educadora/docente y extensionista de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba, y como investigadora de Conicet en la Unidad de Investigación y Desarrollo en Tecnología Farmacéutica (Unitefa-Conicet-UNC), este premio es, además, un logro de mis instituciones de pertenencia”.
-¿Qué representa este premio?
-Me siento muy honrada y es un gran orgullo recibir este premio que ha sido otorgado a otras mujeres científicas que, también, han aportado incansablemente para derribar estereotipos de género en ciencias. Las mujeres hemos luchado incansablemente para romper barreras y dejar nuestra huella, en especial, en el campo STEM (acrónimo en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), en donde enfrentamos mayores dificultades para nuestro desarrollo profesional. A pesar de los prejuicios y etiquetas, nuestra contribución ha sido y es innegable. Aun así, todavía existen desigualdades en financiamiento, promoción y acceso a puestos de liderazgo. Esto pone en relieve la resiliencia increíble de las mujeres científicas y la importancia de premios como este, que permiten visibilizar y poner en el centro de la escena a las mujeres que nos desempeñamos en el ámbito científico.
-Como docente y científica, ¿qué mensaje puede dar a la comunidad universitaria en particular y a la sociedad en general?
-Considero importante destacar que, como mujer científica, me desempeño en el interior del país (Córdoba), y soy nativa del interior del interior (San Rafael, Mendoza); por lo tanto, este premio también pone en evidencia que es posible lograr grandes metas, independientemente del origen y aun cuando sea necesario superar obstáculos y barreras. Este premio es, a la vez, una responsabilidad porque, y ojalá así sea, sirve de ejemplo e inspiración para que más niñas, jóvenes y adolescentes mujeres se animen a emprender este maravilloso camino de las ciencias. Resulta de gran valor reconocer el verdadero potencial de las niñas y mujeres en las ciencias y trabajar colectivamente para superar los estereotipos y prejuicios, más aún, en ciudades o pueblos del interior, en donde el acceso e interacción con personas del ámbito científico puede verse más limitado.
Perfil
Mónica García es doctora en Ciencias Químicas en la Facultad de Ciencias Químicas, UNC, para lo que contó con una beca doctoral del Conicet. Previamente se licenció en la carrera de Farmacia en la misma Facultad.
También, con una beca del Conicet hizo un posdoctorado y realizó estancias de investigación en España (Universidad de Sevilla, beca AUIP), Brasil (Universidad de Sao Paulo, beca de la Red de Macrouniversidades para América Latina y el Caribe) y Estados Unidos (Brown University, beca Fulbright).
En 2020 inició la carrera del Investigador Científico y Tecnológico (CIC) del Conicet.
También realizó una especialización de Docencia Universitaria en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN-FRC).
Actualmente lidera un equipo en la Unidad de Investigación y Desarrollo en Tecnología Farmacéutica (Unitefa-Conicet-UNC) que desarrolla el proyecto “Nanomedicinas biomiméticas para quimio e inmunoterapia del cáncer de mama”.