El patrimonio artístico y la barbarie

GRAN ANGULAR

SANTA ROSA 26/01/2023 Valdir Peyceré
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Obra de Emiliano Di Cavalcanti

por Valdir Peycerévaldir cara

Entre todo lo que dolió de la ultrajante violencia del fascismo bolsonarista de los otros días, también estuvo presente la destrucción del patrimonio cultural exhibido en los palacios asaltados por la turba enceguecida. Me refiero a la toma del Ejecutivo (Palacio do Planalto); el edificio de la Corte de Justicia y el Congreso brasileños en la capital del país hermano, Brasília.

Brasília no es solo la capital del Brasil, sino, que es, ella misma, patrimonio de la humanidad ya que su estructura edilicia fue ideada por dos genios de la arquitectura; Oscar Niemeyer y Lúcio Costa. Pero no solo fueron agredidos estos predios, sino lo que había dentro, con la saña feroz de una marea humana ignorante y abjecta. Entre esas relíquias que se encontraban en los salones del Congreso y del Palacio del Planalto, fueron damnificados de forma irreparable, muchas esculturas, grabados y pinturas además de un reloj del siglo XVIII que el rey de Francia (Luis XIV) le obsequió a su par de Portugal; Joao VI. Otra obra que fue damnificada pero que, por suerte, se puede reparar, es el óleo “As Mulatas” de Emiliano Di Cavalcanti. Esta obra está evaluada en 1.500.000, dólares. También varias esculturas de importantes artistas brasileños valuadas en cerca de u$s 50.000, cada una, además de una “desaparecida” del escultor brasileño Victor Brecheret (“A Bailarina”).

Lo que una amiga se preguntaba los otros días en las redes era justamente si esas piezas de arte no estaban “demasiado expuestas” a la posibilidad de ese vandalismo. De hecho esa es una pregunta que puede hacerse entre muchas otras. El lugar que cabe al arte y sus artistas en el imaginario popular.  Aquí en Argentina, por suerte, no recuerdo un desmán semejante. En museos, centros culturales y galerías diversas, el patrimonio nacional está bastante preservado hasta el momento.

En Europa (que muchas veces la tenemos como ejemplo) sucedieron algunos ataques de grupos ecologistas ligados al Greenpeace que como brillante idea, se les ocurrió llamar la atención para el cambio climático y el desastre al que se encamina el Planeta, haciendo sendos actos o “intervenciones” en museos tan famosos como el Louvre o el Museo del Prado… aunque las obras no furon dañadas, la proximidad a ellas y el peligro de estos actos quedó en manifiesto; no se salvaron ni Van Gogh, Veermer y Goya! Al final el temor a destruír una de estas maravillas culturales, estuvo por arriba que el propio tema al que querían llamar la atención! El tema, sin duda, da mucha “tela para manga” y es fundamental si queremos mirarnos como una sociedad que valore su patrimonio y tenga alta auto-estima. Si las sociedades fracasan en cuidar su patrimonio cultural y artístico; si no la aman, se puede decir que fracasan como sociedades.

La barbarie brasilera. La barbarie promovida por la ultra derecha, tiene que servirnos para que no durmamos en los “laureles”. El pueblo brasileño con Lula a la cabeza supo salir airoso. Por aquí la lucha recién comienza y como dice el tango;  es cruel y es mucha.

 flora

 

                    

  

 

 

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