Cine: al ritmo de las comedias

GRAN ANGULAR

SANTA ROSA 22/06/2022 Diario Tres Diario Tres
ddc

por Valdir Peycerévaldir cara

Hace un par de días que me pregunto porque la mayoría de lo que se da en llamar como el segmento de las comedias (a veces no tanto) tienen la falencia de no conseguir mantener  el mismo grado de interés sobre todo el tiempo de duración y, de cierta forma, “de risa”; y acaban cayendo en un momento denso, algo más serio, cuando no aburrido y sin “chispa”.

Tengo muchos ejemplos; nacionales e “importados” (generalmente norteamericanos). Son pocos los que a lo largo de toda su duración mantienen la misma vibración emotiva, entusiasmada y carismática del arranque. Voy a tratar de conseguir buenos ejemplos. En el plano nacional (y de alguna forma esta reflexión comenzó luego de ver esta peli) un caso paradigmático es “Sin Hijos” con el siempre versátil y buen actor que es Diego Peretti y la atractiva Maribel Verdú. El comienzo es 10 puntos. Un padre separado que tiene como foco de su vida la relación con su hija y que dicha paternidad algo excesiva queda comprometida al encontrarse con un antiguo amor  platónico de su primera juventud;  una española independiente y ardiente que tiene una particular aversión a los niños. El comienzo es prometedor, divertido y con gran dinámica.  La aparición de Vicky (Maribel Verdú) hace que Gabriel (Peretti) cambie su rol de padre protector y juguetón por el de un novio en ciernes que comienza a revolucionar (para mal) la vida de la nena, Sofía (Guadalupe Manent); tratando de modificar el departamento donde vive en una especie de loft moderno de soltero. Toda la relación entre Sofía, su padre y los amigos de Gabriel se altera y este es el ingrediente principal de esa primera hora del movie. Todo eso es promisor porque entre los amigos y la actual pareja de su ex se encuentran actores de la talla de  Horacio Fontova y Pablo Rago…

Pero después la peli comienza a “explicarse”; a Vicky le siguen pareciendo odiosos los chicos (¡y las chicas, entiéndase!) y al final por algunas componendas poco creíbles (y acá también me parece que la película comienza a naufragar) como que Sofía, que aparece sorpresivamente en su casa con la presencia de Vicky (la madrileña ardiente) dice que es una “hermana menor” (muy menor) de Gabriel quien tuvo un padre que engendró 9 hijos con diversas esposas. No demorará tanto en que a Vicky le comiencen, no tanto a gustar, sino a “entender” a los niños (¡y niñas, entiéndase!). Ese “punch” inicial, la peli lo pierde y es salvada algo por la presencia carismática de Martín Piroyansky (como, éste sí, el hermano menor de Gabriel). El final es aceptable (no lo cuento por motivos obvios) y lo tiene al propio Keko (Piroyansky) como protagonista. Este caso sirve para ejemplificar lo que ocurre con otras pelis de esta tesitura, que en algún tramo “se explican” y se tornan cansadoras, “serias” y algo pesadas. 

Un ejemplo de cine con vieses de comedia (pero que oculta un tema serio y existencial importante) es “Hombre de familia”, con un actor que se cansó de trabajar en toda la década de los noventa y comienzos de la primera de este siglo: Nicolas Cage. Es estupendo el comienzo, aunque adelanta un poco en lo que se va a transformar porque desde el arranque hay un cierto de deja-vu en el aire: Un ejecutivo de Wall Street que a la mañana de Navidad amanece en un barrio de clase media de una pequeña ciudad de Nueva Jersey con una vida, que era su vida previa, con mujer y niños que lo esperan. Todos lo regañan por no haber pasado la Noche Buena en familia. Él, no entiende nada y así las cosas se va tropezando con sus viejos (nuevos) amigos que consideran su extraño comportamiento actual como un momento de hilarante esnobismo. Aunque menos paciente, su mujer ( Kate, interpretada por la bellísima Téa Leoni) también considera que es un golpe de actuación de su marido que quiere “quién sabe qué” con todo eso. Ese comienzo también irá tropezar por una línea conductora que llega nuevamente hasta New York, hasta la idea de volver a ser un financista exitoso, etc,, etc… Habrá un desenlace que se entiende a medias (o al que podemos definir como un “final abierto”) de una buena película que tiene dentro de sí un tema profundo: el Dinero o Ser. La frase de que “el dinero no hace la felicidad” como una verdad plasmada. La apariencia, las ventajas económicas como forma de medirse ante un mundo competitivo e implacable (el capitalismo) y del otro lado, el amor, el disfrute, la amistad, la empatía, la solidaridad, los valores y la belleza en lo simple y puro. Esa segunda elección de nuestro personaje principal (Jake – Cage) es lo que permeará todo el resto de la película.  Vale la pena, pero a esa altura no será más una peli con sabor de comedia.

En la pantalla del cine o en la de nuestras TVs podemos, sin embargo, encontrar otras que aun al “explicarse” no pierden su dinamismo: “Hechizo del Tiempo” (con Bill Murray y Andie Mc Dowell) en los EEUU  y “Me casé con un boludo”  (Adrián Suar y Valeria Bertucchelli), o “Un cuento chino” (Ricardo Darín – Ignacio Huang) por acá, son tres que aunque opuestas en su tesitura, no bajan la guardia en cuanto a agilidad y ritmo. Hay cantidad de ejemplos, importados y de Argentina. Por suerte se hacen muchos de estos films que sirven para divertirnos y de vez en cuando, también,  para pensar un poco.

 

                    

 

 

 

 

 

Te puede interesar