Julián Assange y el límite de la verdad

GRAN ANGULAR

SANTA ROSA 08/01/2021 Diario Tres Diario Tres
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Por Valdir Peycerévaldir cara

Antes de escribir sobre Julián Paul Assange, estuve informándome un poco sobre su vida y las vicisitudes que lo transformaron en el más notorio  programador y hacker moderno, además de la figura más perseguida por revelar informaciones confidenciales de los últimos tiempos.

Pero si yo quisiera reunir muchísima información y me dedicase a hurgar en cada aspecto de su vida, esta nota no vería la luz tan temprano y, a la larga, perdería lo que en periodismo entendemos que es el factor tiempo y la “frescura” y actualidad de la noticia.

Así que voy a intentar escribir mis impresiones desde una perspectiva y alcance menos ambicioso pero no por eso con menos contundencia. Mi intención será la de hacer una pincelada de algunas particularidades de su vida y principalmente centrarme en lo que es más importante; su militancia por descubrir y propagar verdades e informaciones incómodas para los detentores del poder, que, en términos globales singuen teniendo un solo nombre: los Estados Unidos de América. El costo que Assange tuvo que pagar por esas revelaciones desde su vehículo de información, Wikileaks fue muy alto. Exiliado en la embajada de la República del Ecuador desde 2012 a 2019 y preso en el Reino Unido hasta este lunes cuando la justicia británica confirmó que no cabía su extradición a los Estados Unidos y le otorgó la libertad. Flaco, demacrado, aparentando por lo menos 10 años más de los que tiene (el notorio hacker cuenta con solo 49 años de edad) y sometido a una presión psicológica sin parangón, Julián Assange acaba de alguna forma convirtiéndose en un cuasi héroe de la contra - información y de la resistencia al uso indiscriminado de fake news por parte no solo del poder real, sino del cuarto o quinto poder, como son llamados los medios inescrupulosos atados a ese mismo poder real que tiene su sede en Washington pero como un gigante pulpo está donde está la cadena de mando de los poderosos. Aquellos que no quieren perder sus privilegios a costa de la ignorancia, explotación y enajenación del resto de los habitantes de la mayoría del planeta Tierra, entre los que nos encontramos nosotros, los habitantes de la República Argentina.

Julián Assange que nacería en Townville (Queensland), Australia,  el 3 de julio de 1971 muy pronto iría tomando gusto a la tarea de decodificar cuentas y lenguajes encriptados en computadores, además de interesarse por el periodismo de denuncia. Esta carrera que comenzó al final de su adolescencia lo llevaría brevemente a la prisión en 1991 cuando la policía australiana invade su domicilio en Melbourne y encuentra evidencias de que Assange habría entrado en el sistema de computadores de la universidad y también en una empresa de comunicaciones. Todo esto como hacker de un grupo llamado Subversivos Internacionales.  Sale pronto por buen comportamiento después de pagar una multa de 2100, dólares. En 1997  se edita el libro Underground escrito por Suelette Dreyfuss con la ayuda de Assange; en este libro revela muchas de las cosas por las que se lo acusó en aquella ocasión.  Assange estudió matemáticas en la Universidad de Melbourne  (2003 / 2006) y aunque no llegó a graduarse, su sagacidad y conocimiento como autodidacta lo emparenta en cuanto a conocimientos con cualquier académico de prestigio. Eso tiene un solo nombre y se llama genialidad. Además estudió filosofía y neurociencias. En diciembre de 2006 nace Wikileaks; una organización mediática que utiliza diversas fuentes para obtener información con respecto a hechos  poco o nada éticos cometidos por diversos gobiernos a nivel planetario. Creo que este aspecto del trabajo de Julián Assange, de esta idea de “misión” para buscar y dar a conocer verdades incómodas para el poder es lo que vale la pena analizar y es lo que convierte a Assange en un paladín, en alguien que va a hacer lo contrario que hacen muchos “medios de comunicación” como el caso aquí en Argentina de La Nación y Clarín al servicio de los grupos económicos ultra concentrados, en definitiva, ese minúsculo grupo de individuos que se creen dueños del país y que lo avasallan todo. No es exagerado afirmar que Assange se convertirá en un paladín contra las fake news, porque lo que ofrece; lo que vincula, son verdades. Verdades que ponen el dedo en la herida de ese monstruo de más de 100.000 personas que componen una organización como la C.I.A. que sirven para provocar inestabilidades y persecuciones de todo tipo en países latinoamericanos, asiáticos, africanos  pero que es inútil para resolver ecuaciones más simples dentro de naciones del llamado primer mundo, con los propios EEUU a la cabeza (esto sacado de declaraciones del propio Assange en una entrevista a un periodista en la embajada del Ecuador).

Ahora mismo, cuando escribo esta nota se han acabado de producir los hechos vergonzosos de la turba pro-Trump irrumpiendo en el Capitolio (el Congreso de los EEUU), manchando una vez más y de forma irreparable a la democracia norteamericana. Leo ahora el titular del Washington Post que da un manto de esperanza al futuro en el gran país del norte: El senado confirma a Biden como el vencedor. Pero leemos también, abajo del nombre de este prestigioso diario: “Democracy dies in darkness” (Democracia muerta en las tinieblas). Esperemos que a partir del 20 de enero esta frase comience a perder fuerza hasta que sea sacada del matutino, pero para eso habrá que hacer justicia; con los que invadieron el Capitolio y con el propio Donald Trump, el responsable de todo eso. Volviendo a Assange, está claro que las denuncias que fueron vehiculadas por Wikileaks fueron más que incómodas: bombas arrojadas indiscriminadamente en Irak, Siria, Afganistán… buscando generalmente  objetivos militares pero sin importar que para tanto murieran muchos civiles, entre ellos, niños y mujeres. Métodos de tortura implementados en prisiones en países del Tercer Mundo por las fuerzas americanas. La vergonzosa presencia militar en Guantánamo (Cuba), donde los prisioneros prácticamente no tienen ninguna salvaguarda legal y también serían sometidos a vejaciones. En fin; la cantidad de denuncias que Wikileaks vinculó está claro que perjudicó esa imagen pura que los EEUU quiere pasar al mundo en sus series enlatadas; también ha habido otra serie de denuncias y filtraciones que han comprometido a la ex candidata Hillary Clinton y a altas esferas del partido republicano, esto solo para detenernos con los Estados Unidos.

En resumidas cuentas, para cualquier análisis serio que queramos hacer,  debemos pensar antes  a quien incomodan las denuncias de Julián Assange… porque al final provienen de verdades que vinieron a  luz gracias a su valentía  y la competencia de los colaboradores e informantes de su organización periodística. Ese análisis lleva a la confirmación de que su libertad es lo más justo que podría pasarle, porque aunque este singular  australiano no sea una carmelita descalza en lo que tañe a su vida privada, lo que analizamos aquí es su militancia en busca de la verdad y esa ha servido para descubrir un sin fin de iniquidades que vinieron a tono gracias a su sagacidad, inteligencia, oportunismo y coraje.

                     

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