El periodismo en tiempos de internet

GRAN ANGULAR

SANTA ROSA 30/10/2020 Diario Tres Diario Tres
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por Valdir Peyceré 

Acabé de enviar un proyecto a la Secretaría de Turismo y Cultura de nuestro municipio y amén de que en estas circunstancias muchas veces pensamos que las posibilidades de que sea aprobado son bajas (porque bueno, se sabe que son tiempos difíciles) muchas menos chances habrían si nos quedamos de brazos cruzados.

Ustedes se preguntarán porque estoy comenzando esta crónica por esta “confesión” más o menos “personal”; simplemente porque se me ocurrió (en realidad esto se acostumbra) enviar también un perfil biográfico junto con el proyecto, en el cual me defino como “gestor cultural, fotógrafo, escritor, comunicador y poeta”…  repensando esas definiciones me doy cuenta que aún hoy me cuesta asumirme como periodista, aunque alguien que viene haciendo notas en forma de reportajes y entrevistas hace casi una década; ¿no lo es?...  y sí, aun hoy prefiero el rótulo de comunicador porque encierra los dos aspectos de mi labor actual en este diario y en la radio. De hecho esta crónica debería llamarse “El periodismo en tiempos de internet y la importancia de las palabras”, pero, claro, es demasiado largo y poco práctico y ágil periodísticamente hablando.

Vengo de leer un artículo firmado por Leonardo Tarifeño para un suplemento de La Nación (ADN cultural) y que se llama “Los caminos del periodismo”… en esa nota, Tarifeño nos enfrenta a la disyuntiva que se abre para el periodismo (principalmente gráfico) de encarar el soporte virtual y salir del papel.

También, qué tipo de periodismo es el más propicio a este momento de las “redes sociales” e internet. Y eso que la nota referida es de octubre de 2011, o sea, hace exactos 9 años! Hoy todavía esas nuevas formas de vincularse con nuestros lectores es más vertiginosa y sufre de más variantes y modificaciones.

De ahí la importancia, también para nombrarlas. Este mismo vehículo en el que escribo semanalmente se mantuvo en su soporte papel durante mucho tiempo porque hay aun una buena parcela de la población que está habituada a leer en papel. A mí mismo me cuesta leer textos largos en la pantalla de un notebook o de una tablet, cuanto más en la pantallita de mi celu. Para mí, y para algunos formatos (como los de los libros) nada mejor que el papel. Acabé de recibir “Hermanos”, el libro (a esta altura un best-seller antes de haber sido impreso) de Santiago O’Donnel que cuenta las confesiones de Mariano Macri a raíz de los tejes y manejes de su hermano, un tal Mauricio… el libro es inmejorable, porque, aparte de su contenido de actualidad informativa, está muy bien escrito, pero aún así; ¡cómo me cuesta leerlo en el formato de PDF!.

En la nota de Tarifeño leo que los posteos en facebook son (eran) de 650 millones y en twitter de 175 millones (todo eso se podría duplicar probablemente hoy); cifras que cuesta imaginar.

Noticias de todo tipo, muchas plagadas de fake news, pero aun así muestran que debemos, de alguna forma adaptarnos a esas nuevas formas de lecturas y de ahí viene el tipo de periodismo que queremos  hacer y la importancia de las palabras que usamos para comunicar una idea.

En algunas notas veo (o leo) algunas “confesiones” muy personales que a mí me cuesta, o, mejor, opto por no hacer. Ese periodismo (si se puede llamar así) está en lo que hoy se define como “periodismo gonzo”; donde el que escribe “se desnuda” frente a sus lectores/as.  

En mi caso lo que me interesa es llegar a mis lectoras/es con una idea o tema determinado con algunos toques personales pero siempre dejando “la intimidad” de lado.  Creo que a los lectores les gusta una proximidad con quien escribe y que la crónica o ensayo no sea demasiado frío o distante… de ahí mi inclinación por el “periodismo narrativo”, pero de ahí a confesar cosas referentes a la vida privada hay una larga distancia, así que en ese delicado equilibrio me ubico.  

Este Leonardo Tarifeño, junto con Pablo de Santis eran dos (escribo en pasado porque no sé si siguen escribiendo para La Nación en su edición cultural ya que no compro ADN hace añares. En página 12 me agrada Guillermo Saccomanno. Sus crónicas referidas a muchos temas, a veces de actualidad y otras no tanto se llenan de esos momentos de realismo mágico a lo Gabriel García Márquez que le confieren a sus textos ese “salir del lugar común” que es tan necesario para una buena lectura. Hasta en facebook trato de no abusar de ese mirarse al ombligo que es tan usual a los que postean en esa red social.

Trato, también, de no someterme a discusiones interminables sobre posiciones políticas en general bastante irreconciliables y que generalmente hacen que uno pierda el foco. Digo esto pero sé que he subido muchas notas breves y comentarios políticos aunque se que lo he hecho con criterio y altura… lo que no significa que voy a quedar totalmente fuera de alguna barrabasada de algún odiador serial que todavía esté de turno.

Mi intención, igual, está clara en el face y tiene que ver con propagandizar mi programa de radio, hacer algún comentario de cuño personal dentro de la “normalidad” aceptada como agradecer por los que recordaron mi cumpleaños o escribir un poema u algún otro texto literario… y aquí, por suerte, los “mal carácter” no aparecen, simplemente porque no se navega en las aguas que les gusta.

En fin; esto es el periodismo o la comunicación con usted, amigo lector y/o oyente. Tal vez tenga la suerte de que seas las dos cosas y poder tirar esta red para que de alguna manera seamos amigos.

 

 

 

 

 

 

 

 

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