50 años sin Janis Joplin

GRAN ANGULAR

SANTA ROSA 14/09/2020 Diario Tres Diario Tres
JANIS

POR VALDIR PEYCERÉ

De repente “cayó la ficha” y recordé que en 1970 morían con pocas semanas de diferencia, Jimi Hendrix y Janis Joplin.  Y sí, googleando vemos que Jimi falleció el 18 de septiembre y Janis,  el 4 de octubre de ese año. ¿Cómo dejar afuera de un homenaje  a estos dos gigantes del rock en el  50º aniversario de sus  muertes? Y rever sus muertes es revisar sus vidas… es acercarse al enigma de esos finales tan jóvenes de unas  vidas  tan prolíficas y talentosas y aunque el disparador haya sido otro, se que escribo sobre rock en dos semanas seguidas…pero bueno, ¿qué se le va a hacer? Escribir sobre rock es escribir sobre mucho más. A despecho del “sexo, drogas y rock & roll”; de hecho el mundo del rock  trae consigo un modo de vivir, una conducta, un conjunto de valores, una (o varias) moda/s y alguna filosofía existencial. Este es el desafío que me impongo hoy y empezaré por la vida de Janis Joplin.

Escuchar “Little girl blue” (“Pequeña muchacha triste”) es parar todos los relojes y alejarse del “mundanal ruido” y del monótono día-a-día de esta pandemia. Es penetrar en un mundo iluminado. Es dejarse llevar por una de las mejores y vibrantes voces del rock, blues y soul de todos los tiempos. No por casualidad Amy Berg, eligió ese título: “JANIS: Little girl blue” para su film sobre la emblemática cantante.  Janis Joplin nació el 19 de enero de 1943 en Porth Arthur (Texas) y fallecería en Los Angeles (California) el 4 de octubre de 1970 a la edad de 27 años. La “voz blanca más negra del blues” moriría víctima de una dosis excesiva de heroína. Entre quienes fueron su inspiración, se  encuentra con certeza la cantante de jazz Bessie Smith. Esto se dio cuando era adolescente y comenzó a frecuentar un coro… fue en esta ocasión en que escuchó  otros nombres, como el de Billy Holliday  y Big Mama Thornton. A la edad de 16 años ya manifestaba su gusto incondicional por la música afroamericana  y el blues. En 1963 ya era conocida por ser frecuentadora de bares y adicta a la bebida. Con solo 20 años decide viajar a San Francisco y mudarse de la chata y conservadora vida de Port Arthur y de la reaccionaria Texas. En 1965 conoce a Peter Le Blanc en San Francisco, al poco tiempo la pareja parece entenderse y Janis piensa, inclusive, en casamiento pero la cosa no funciona y Le Blanc la abandona lo que produce un fuerte sentimiento de inseguridad y soledad. Un año más tarde se uniría a la banda Bigh Brother & the Holding Company. Es con este grupo que Janis Joplin alcanzaría gran parte de su éxito como cantante ya que la banda funcionaba a la perfección en un escenario.  Monterrey Pop en 1967 va a ser el estopín para la fama. Su interpretación del blues de Big Mama Thornton, “Ball and  Chain” se transformaría en un gran éxito de crítica; además de merecer la ovación del público. En 1968 graban su primer álbum; Chap Thrills que vendió en pocas semanas más de un millón de copias. De cualquier forma el protagonismo de Janis que además era mimada por la crítica que consideraba que ella era más grande que la banda que no estaba a su altura, comenzaron a mostrar fisuras y un año después Janis se separa del grupo para crear otro con uno de los guitarristas de Big Brother…, Sam Andrew. El nombre de la nueva banda: Kozmic Blues Band. Con ella realizaría una gira a Europa con un gran suceso en varias capitales y principalmente en Londres donde sus presentaciones harían furor. De regreso a los EEUU, Janis comienza a drogarse y a dar entrevistas en las que mezcla momentos de su vida personal con sus sentimientos arriba de un escenario.  El año de 1969 sería el del festival de Woodstock y otra oportunidad para mostrarse. Si la fama ya la venía acompañando, después de Woodstock todavía la repercusión es mayor. A pesar del profesionalismo y calidad sonora de la Kozmic Blues, Janis siente que le falta “calor” y complicidad de amigos, casi familiar, como tenía la Big Brothers…  Así que a finales del 69 se separa de la banda.  En febrero de 1970 realiza un viaje a Rio de Janeiro (Brasil), donde conoce a David Niehouse; pronto los dos se enamoran y comienzan a viajar dentro del Brasil, internándose en parajes selváticos como viejos compañeros beatniks. De regreso a San Francisco, David se instala en la casa de Janis. 

El productor Albert Grossman le presenta a los integrantes de una nueva banda, la Full Tit Boogie Band. Janis congenia muy bien con los integrantes de su nueva banda y, alejada de la heroína vive los mejores meses de creatividad y concentración de su carrera. En una fiesta de los Hell’s  Angels conoció a la que sería su última pareja, Seth Morgan. Corría el verano del hemisferio norte y nos vamos acercando al final de su vida. Janis se traslada a Los Ángeles para grabar “Pearl” y la noche del 3 de octubre después de salir de copas para conmemorar esta grabación exitosa, Janis vuelve al hotel y según la investigación forense posterior a su deceso, su muerte se debe al consumo de heroína agravada por la mezcla con alcohol. Ella estaba sola y su cuerpo solo será encontrado 18 horas después, habiendo fallecido el domingo 4 a la 1:40 de la madrugada. La ironía del destino quiso que “Pearl” se convirtiera en su mayor éxito de ventas cuando el disco ve la luz, seis meses después de su fallecimiento. Su último tema grabado es el sensacional “Mercedes Benz” y el otro track que fue agregado al disco, casi como un homenaje post-mortem es “Buried Alive in the Blues” (“Enterrada viva en el blues”), nombre también del libro biográfico de Janis, escrito por su publicista y amiga Myra Friedman en 1973. Recuerdo haberlo leído de un tirón a mediados de la década de los 80’!

Podemos leer su biografía, ver sus películas y los videos que muestran su performance en varios escenarios con sus diferentes bandas y en los emblemáticos festivales, pero, lo mejor es oírla: “Summertime”, “A woman left lonely”, “Me and Bobby Mc Gee”, “Kozmic Blues”, “Piece of my hearth” y las nombradas, “Little Girl Blue” o “Mercedes Benz”… estarán por siempre resonando,  más allá de este tiempo saturado de información y de ruidosas aberraciones sonoras que pasan como “música”.

 

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