Osvaldo Wehbe... un tipo fiel

por GERARDO ZOSSO

SANTA ROSA 16/08/2020 Diario Tres Diario Tres
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Un tipo fiel.. Así fue el turco.

Con su enamorada profesión, con su esposa y sus hijas, con sus amigos, con su san Lorenzo, con sus viejos y sus hermanos, con su ciudad y con Santa Rosa...

Lo quiso José María Muñoz en Buenos Aires, el Negro Brizuela en Córdoba, se resistió . En Río Cuarto estaba su nido. Sólo su gran capacidad le permitió el lujo de hablarle a micrófonos soñados, desde su suelo. Tenía un costo... los viajes. En auto, colectivo y rara vez en avión. 

Sabíamos regresar de Córdoba y escuchaba la repetición del relato de sus goles. Casi los murmuraba de nuevo. Qué pasión.

Una pasión que los colombianos se encargaron de hacerle sentir a su pueblo, cuando le pidieron el gol que Osvaldo habia relatado para la selección de ese país. En esos pocos segundos que hay después que la pelota toca el fondo de la red a él le explotaba la genialidad. Desde el café colombiano hasta García Márquez escribió la obra maestra de ese gol.

En sus prosas siempre estaba el amor. Es que así era su persona. "Mire Wehbe yo a usted lo debo querer mucho, porque estoy acá mirando una película que no entiendo un joraca". La frase de Horacio García Blanco (excelente comentarista de radio Rivadavia) fue de cuando compartían el alojamiento en un mundial y la emisión de la tv era en inglés. w
Ese amor no lo guardaba. Lo tenía destinado a personas, mascotas, lugares... Después de Río Cuarto, por darle un orden arbitrario, estaba Santa Rosa. Frente al Puchuqui primero, en la casa paterna, y después en Los Quebrachos de la Carrodilla. Todos los enero. "Este es mi lugar en el mundo" nos decía en el brindis previo al asado o los mariscos de los que Gladys se encargaba.

La felicidad se completaba si venían sus hijas Camila y Flor, y Yamil con los suyos.
Su tranco (con chupines, musculosa y el piluso) era parte del paisaje veraniego de la costanera. 

Por supuesto que el descanso se alternaba con programas de radio, trabajos para medios gráficos, relatos de fútbol frente al televisor y con alguna charla de fútbol si alguna institución se lo pedía.

Desde Río Cuarto me llamaba regularmente para preguntar cómo estaba el río. Nunca se olvidó de su Santa Rosa.

Asì fue Osvaldo, siempre fiel.

Un abrazo amigo. Sé que nos vamos a ver
Gerardo Zosso

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