Una mirada feminista desde Calamuchita (Segunda parte)

SANTA ROSA 18/03/2020 Franco Sarachini
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Por Franco Sarachini

Retomando lo expresado en la columna anterior, se dijo que el feminismo es una palabra que muchas veces se utiliza para generalizar, pero que en realidad existen muchas formas de feminismo y diversas herramientas para llevarlo a cabo. El feminismo, tal cual fue concebido, busca la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, solo que a diario tiene perspectivas dispares que actúan de una u otra manera para lograr ese cometido a nivel social. 

Hoy agregaremos que hay también mujeres que dicen no sentirse identificadas con ese concepto hegemónico, y que prefieren hablar de “derechos de las mujeres” a la hora de referirse a la búsqueda de esa igualdad que plantea el movimiento feminista. 

Para eso, hemos convocado a tres voces más, algunas activistas, otras con responsabilidades políticas partidarias y otras ocupando un rol social desde la profesión que ejercen, quienes suman sus miradas al feminismo desde Calamuchita. 

Gisela Duca, profesora de Biología, coincide en que a partir del #NiUnaMenos allá por el 2015, hubo una visibilización más importante de los femicidios, y como docente hace hincapié en la importancia de implementar la Ley de Educación Sexual Integral. “En la escuela pública se avanzó bastante. Estamos en el 2020 y recién ahora se está entendiendo en parte lo que es la Ley ESI a nivel conceptual general. O sea que no solamente abarca a la biología, a lo que es físico, sino que abarca algo más. Eso cuesta muchísimo entenderlo”, apunta. 

Y prosigue: “Otra de las cuestiones positivas de este movimiento que se gestó y que se sigue gestando es la visibilización de los estereotipos de género, que en la escuela, antes era imposible que los chicos entendieran o que llevaran a su casa una idea de estereotipos. Ahora ya los chicos vienen con otro chip en la cabeza; ya vienen con la cabeza mucho más abierta. Y también con el rol de la mujer en la sociedad. Ya la sociedad acá en Calamuchita ha avanzando mucho. Ya tenemos chicas con pañuelos verdes, con una fuerza de pensamiento, una fuerza de opinión tremenda”.

Duca vuelve a poner el foco en los cambios que hubo en los últimos tiempos y las modificaciones de las últimas generaciones. “Ya sabemos que el feminismo es una igualdad de derechos. No queremos superar a los hombres o ser igual que los machistas. A esa diferencia los chicos ya la saben y no hace falta ni aclararla prácticamente en los cursos. Sí nos cuesta con los adultos”.

Párrafo aparte, apunta contra los medios de comunicación y evalúa tienen “tintes machistas”. Pone en el tapete la real falta de capacitación en cuanto a los tratamientos de temas de abusos, violencia, género. Y habla de la cultura machista, agregando al debate la estigmatización de la mujer también en los estamentos públicos. 

 Volviendo al término de feminismo hegemónico, Fabiana Portillo, coordinadora departamental del PRO Mujeres, manifiesta abiertamente no sentirse identificada con lo que éste representa. “Antes que nada creo que las mujeres necesitamos trabajar la autoconfianza y el autoconocimiento. Y sobre todo trabajar en la valoración, en derrumbar viejas creencias y desaprender lo impuesto por el patriarcado y el machismo. Tenemos que aprender a respetar las diferencias y ser un poco tolerantes”. Y deja en claro: “Particularmente no creo en el feminismo hegemónico. No me representa el colectivo de mujeres en lo absoluto. No se construye, a mi entender, compitiendo con el varón o enfrentadas, sino que justamente deberíamos tener un aporte de trabajar codo a codo (…). El feminismo no debe ser un instrumento de división. La retórica o las banderas políticas lo que hacen es dejar de visibilizar la lucha real de género. Inequidades tenemos muchas por las que trabajar: la violencia contra las mujeres, la inequidad laboral, la lucha contra la trata, el desempeño en los puestos jerárquicos o de mando. Sin duda éstas son materias pendientes que aún no están visibilizadas y aún no se ha podido dar respuesta”.

Portillo habla de su rol desde la política y asegura haber notado algunos avances en Calamuchita respecto a la temática en cuestión. “Es mucho más acotado que en las grandes ciudades donde estas manifestaciones son más visibles. Pero no obstante están y se están mostrando (…). Debemos desarrollar la sororidad, una palabra nueva que tenemos que difundir y sobre todo practicarla entre mujeres”, concluye. 

Contrariamente, quien sí se siente contenida por el colectivo feminista es Lula Revelatto, comunicadora social y activista. Desde su perspectiva, cree que es un movimiento en el cual se pudo sentir identificada “con esas cuestiones en las cuales no me sentía cómoda…con este movimiento donde las pibas salieron a plantear un montón de cuestiones que a mí siempre me parecieron…no sé si extrañas, o siempre me pregunté por qué esto, por qué lo otro, por qué tenemos que ser así, por qué tenemos que decir esto, por qué tenemos que usar esto. En ese espacio me sentí muy bien”.

“Creo que es un movimiento donde constantemente se va aprendiendo y cuestionando un montón de cosas, y me hizo ver que realmente vivimos oprimidas en un sistema patriarcal donde constantemente nos están cuestionando por lo que usamos, por lo que hacemos, por lo que decimos, por cómo somos madre o mujer, y donde nos damos cuenta que muchas veces somos muy machistas con otras mujeres. Para mí es un espacio donde me siento cuidada, protegida, acompañada, donde puedo llegar a debatir. Sé que es un espacio donde se escucha”, asegura. 

La mirada departamental es otra cosa, aunque también comparte que en Calamuchita ha habido cambios bastante importantes. “Quizás por ahí medio obligado fue el cambio. La sociedad está evolucionando en cuanto a cuestiones sociales justamente y esto hace que la tele, que quizás es uno de los medios más consumidos, deje de cosificar o de mostrar ciertas cosas para realizar un tratamiento de los temas de otra manera (…). Se han creado espacios donde se puede charlar de esto, donde se pueden tratar temas como la violencia de género, donde hay contención para esas víctimas. Obviamente queda muchísimo por deconstruir, por avanzar, por cambiar. Sobre todo me parece que los medios locales deberían tener un tratamiento de perspectiva de género, tratar ciertos temas”, evalúa también al igual que la profesora Gisela Duca. 

La comunicadora apunta que en lo personal, pudo analizar muchas cuestiones que pasó, vivió y padeció como mujer “y que no quisiera que ninguna piba tenga que vivir eso. No es algo que lo hacemos individualmente. Lo hacemos para acompañarnos, por las compañeras que aún están siendo oprimidas, por las futuras pibas y sobre todo por aquellas que ya no están”, finaliza. 

En esta segunda parte, las tres cuestiones a destacar es que no todas las mujeres se encuentran representadas en el marco del feminismo hegemónico, que queda un largo camino por recorrer aún, pero que todas coinciden en que hay un heteropatriarcado que debe ser derribado para construir un nuevo sistema que no oprima a las mujeres por el sólo hecho de serlo. 

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