Todos los fuegos el fuego

RELATOS Y OPINIONES

SANTA ROSA14/02/2025Diario TresDiario Tres
avanza-fuego-bosques-nativos-patagonicos-del-sur-argentina

nestor
Tomo prestado el título del libro de cuentos de Julio Cortázar, para hablar de los incendios y del fuego. El fuego como purificador, el fuego que remite al infierno y la condena eterna, el fuego asociado a lo divino, el fuego permanente de los hogares, el fuego que nos protegió de las bestias durante las noches y sirvió a los enemigos para atacarnos durante el día, el fuego que se lleva todo y nos deja a la intemperie, el fuego que nos protege de los inviernos. El fuego eterno y el fuego fugaz, como sucede con los amores. Antes de entrarle al tema, un poco de historia. 

Siempre me ha impresionado la obra La vuelta del malón, del artista Ángel de la Valle (Museo Histórico Nacional), pero ésta vez nos vamos a ocupar del último de esos episodios que se llamó El Malón de la Paz, un libro de Marcelo Valko que relata el tránsito de los pueblos originarios norteños de Queta , Tinates, Casabindo, Casa Colorada, Guadalupe, Agua Chica, Miraflores de la Candelaria, Quichagua, Abra Pampa,  Rinconada, para recuperar sus tierras ocupadas y en rechazo a sus condiciones de vida.

El que emprendieron en el año 1946 durante la presidencia de Juan Perón; el viaje duró hasta Buenos Aires tres meses. Iban acompañados por el ejército, la imagen de la Virgen, el relato de Radio Nacional y las crónicas de las revistas de actualidad. Pasaron por Córdoba y al llegar a Santa Fe, sumaron la adhesión de la Federación Agraria, que tenía reclamos similares respecto de la propiedad de la tierra. 

Antes de ser recibidos por el General en el balcón de la Plaza de Mayo, de jugar un partido previo al clásico de River y Boca en el Monumental, quisieron integrar a la lucha a los caciques mapuches y la respuesta fue: “el blanco siempre traiciona”. La paradoja de instalarlos en el Hotel de los Inmigrantes de Retiro, no alcanzó y los terminaron echando a patadas a sus lugares donde los esperaban los terratenientes. Tú, hipócrita que te muestras humilde ante el extranjero, pero te vuelves soberbio con tus hermanos del pueblo.  Gabino Palomares. La maldición de Malinche. 

La gente de la tierra del sur tenía razón, por algo ya habían pasado por la experiencia del Gral. Roca y el Perito Moreno. ¿Ahora resulta que el fuego es obra de los mapuches?. Justamente ellos, que practican de manera ancestral el nguillatún, llellipún o kamaruko que es la rogativa colectiva propiciatoria de la vida, es decir de la tierra y sus cosechas, de la salud y de las lluvias.

De algún modo el fuego también es el poder y lo que se hace con él o lo que no se hace. Los que aquí vivimos sabemos sobre el peligro del fuego.