Otra no queda

REALTOS Y OPINIONES

SANTA ROSA20/01/2025Diario TresDiario Tres
VARIOS

nestor

Los lugares comunes, desde el punto de vista lingüístico, son esas frases o palabras que por repetidas van perdiendo su volumen y aquello que una vez nos pareció ingenioso, hoy nos resulta estúpido.

La frase que da título a esta nota:  es a mi juicio algo más que un lugar común.  Hay otras construcciones similares tales como: “dios lo quiso así; “con el corazón en la mano”; “donde manda capitán, no manda marinero”; “le asaltó una duda”; “la esperanza es lo último que se pierde”; “es mejor malo por conocido que bueno por conocer”; “a falta de pan, buenas son tortas”; “más vale pájaro en mano que cien volando”; “incipiente calva”; o “rostro surcado por arrugas”.

Desde luego es más o menos sencillo contraponerle otras frases. Por caso, pongo en duda la que afirma que la esperanza es lo último que se pierde; en ocasiones, antes de ello, se puede perder la vida. 

Si bien no hay que confundir lugares comunes con proverbios, refranes o metáforas, encuentro en estas expresiones además de rasgos de conformismo o resignación, la puesta en marcha de una estrategia perversa e interesada, que viene desde muy lejos. 

Las distintas escuelas filosóficas griegas surgieron como una respuesta a las condiciones humanas y sociales que los pensadores consideraban insatisfactorias. Una de ellas es el estoicismo, que es una corriente fundada por Zenón de Citio en Atenas a principios del siglo III a.C. 

Los autores la definen como aquella que propone: mantener el control de los deseos y sustentarse en la aceptación de las cosas tal y como son y no como quisiéramos que sean.

De acuerdo con esta doctrina, el fin último del ser humano sería comportarse de manera virtuosa y coherente a lo largo de su vida, pase lo que pase.

Varios siglos después de Cristo, en el año 121 nació Marco Aurelio, emperador romano desde el 161 al 180, autor de las "Meditaciones", un diario personal que refleja sus reflexiones sobre el estoicismo y el gobierno.

Conviene decir que los últimos años de su gestión cogobernó con su hijo de nombre Cómodo. - Así cualquiera, y en esa condición, se tiene tiempo para meditar y delegar el poder a sus hijos. -

En la actualidad hay otras especies de emperadores y lectores de Marco Aurelio. El empresario Elon Musk, propietario de Tesla y de Space X, declaró que la lectura de las Meditaciones había cambiado su vida. Desde entonces dice aplicar los principios de resiliencia y perseverancia en todas las acciones que acomete, enfrenta los problemas con calma y serenidad (sic), se mantiene alerta a las oportunidades y alimenta una perspectiva a largo plazo sin dejarse seducir por ensoñaciones o deseos. 

El fundador de Amazon, Jeff Bezos, defiende un planteamiento similar. Su propuesta, a la que denomina «liderazgo estoico», se resume en dos principios: enfoque en el cliente y mantener la calma bajo presión.

Desde el lugar que ocupan, cualquiera pontifica o desparrama dogmas, que como único objetivo está “el que nada cambie”-salvo que sea a mi favor-. 

Pero, para la gran mayoría, ninguno de esos postulados es verificable. En los diferentes reportajes radiales y televisivos, en las charlas con amigos, en nuestras expresiones ante las dificultades, vamos a encontrarnos con construcciones similares:  “otra cosa no nos queda”, “en fin”, “y bueno”, “es la que nos toca”. 

Habrá que rebelarse contra las campañas del estoicismo y revelar el contenido de los lugares comunes; esas frases que aprendimos de nuestros padres y abuelos, quienes con certeza las hicieron suyas por la misma vía, o por algunas lecturas.

A propósito de esto último, en la segunda parte de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha encontramos el siguiente cambio de palabras: "¡O maldito seas de Dios, Sancho! dijo a esta sazón Don Quijote. Sesenta mil Satanases te lleven a ti y a tus refranes; una hora ha que los estás ensartando y dándome con cada uno tragos de tormenta ... Dime: ¿Dónde los hallas, ignorante; o cómo los aplicas?, mentecato. Que para decir yo uno y aplicarle bien, sudo y trabajo como si cavase."

Nota del autor:  advertirá el lector, que tampoco yo pude escaparle a los lugares comunes.