La batalla cultural y una historia cordobesa: el diputado bromo sódico.

RELATO DE LA HISTORIA

SANTA ROSA29/12/2024Diario TresDiario Tres
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Dicen los profesores de historia que El Renacimiento fue un movimiento cultural inspirado en ideas humanistas tendientes a ver el mundo desde otros puntos de vista. Por caso la filosofía, las artes y la ciencia, todo lo cual condujo a la Revolución Francesa y sus consecuencias políticas en nuestro sistema de gobierno.

Pensar en la palabra renacimiento, conduce al pasado: “todo regresa del pasado” dice el tango. Pero nada retorna igual, la experiencia lo transforma. Volver al pasado es una quimera histórica, que sólo se hace posible en las series norteamericanas.

El pasado enseña o ensueña con cosas que nunca sucedieron. Es curioso, pero cuando se nos invoca regresar a la Argentina de principio del siglo pasado o a mediados del mismo, sabemos que eso es imposible.

Parece ser que el nombre de renacentistas, no es obra artistas o científicos de entonces, sólo es una denominación posterior.

Uno de sus más notorios representantes fue Galileo, que en l633 ante la Santa Inquisición, obligado a abjurar de sus teorías respecto del sistema planetario, chamuyó bajito y dijo “ sin embargo se mueve”.

En esa dialéctica entre pasado y futuro, mal que les pese a los terraplanistas, el año se mide por el tiempo que tarda la tierra en girar en si misma alrededor del sol.

Entonces ¿qué tendrá que ver el Renacimiento con la Batalla Cultural?

Cuando hablamos de la batalla cultural ¿habrá que aceptar que estamos en guerra? ¿Y de ser así, para qué la libramos y en beneficio de quiénes?

Para comenzar, resulta al menos curioso, que dogmáticos conservadores se propongan como lo nuevo y para ello se sirvan de pensadores antagónicos como Gramsci o Lenin;  todo es paradojal y depende del contexto.

Si hablamos de la batalla cultural, me parece que en este imaginario Campo de Marte, ya no a orillas del Tíber, sino del río color de león, se proponen bata contra la igualdad de género, contra la vigencia de los derechos humanos, contra la educación y salud pública gratuitas, contra el federalismo, contra la protesta social, contra la ciencia, contra los sindicatos, contra el cine, contra la jubilación, contra el idioma, las canciones y los libros.

Aquí no hay batallas culturales, para ellos la cultura no es un fin solo un objetivo a destruir para privarnos de derechos.

A cambio de eso: la nada; solo la autoponderación y el desprecio, ni un solo proyecto más que la vuelta al pasado. Cito a Enrique Cadícamo para expresarles mis deseos:” Hoy vas a entrar en mi pasado”.

Para no defraudar con el título, rememoro una historia que muchos de los cordobeses tienen presente. Enrique Badesich, el diputado Bromo Sódico. Ganó las elecciones del año 1922 alentado por los estudiantes que produjeron la Reforma Universitaria (movimiento transformador si los hubo) más el diario La voz del Interior.

Durante su campaña, el candidato prometía:. “El amor libre, la separación de la Iglesia y el Estado, la supresión del Ejército, por antisocial y anacrónico; el acortamiento de los hábitos sacerdotales para, con la tela economizada, hacer ropa para los chicos pobres; la eliminación de las esquinas para evitar los choques, y la implantación de la República Cordobesa con representantes ante los países de Europa y América, Argentina incluida”.

Vestido con un traje de papel, con sombrero de mosquetero argumentaba en una conferencia de prensa: “Quiero desenmascarar a estos energúmenos dilettanti, hipertésiscos, policoriaseos que quieren cuspidear, a base de engaños, al proletariado de Córdoba” y la gente reía como dice Miguel Bravo Tedín, en el libro “Historia del Barrio Clínicas”.

Badesich fue varias veces encarcelado y finalmente no se le permitió acceder a la banca a instancias de los conservadores, por falta de decoro.

Después se le perdió el rastro hasta que en 1945 presento un habeas corpus a favor de Juan Perón, cuando éste estaba detenido en la isla de Martín García. Murió sin que nadie reclamara su cuerpo.

Como vemos nada retorna del pasado de igual manera, ahora que están de moda ciertos autores, convoco a Hegel: “la historia se presenta primero como tragedia y luego como farsa”.